martes, 12 de abril de 2011

Capítulo 2:

Al día siguiente mi dolor de cabeza fingido se convirtió en un constante pinchazo de dolor en las zonas temporales de mi cabeza. Me sentía terriblemente mal, por lo que mis padres decidieron que me quedase en casa y no les acompañase a una comida que habían acordado una semana atrás con unos amigos de la familia. Me fastidió bastante, ya que iba a ver a una amiga mía a la que no veía desde hace tiempo, pero ya quedaríamos otro día.
Mis padres se fueron, y el dolor fue cesando a medida que el tiempo pasaba. En una hora y media ya solo quedaba del constante dolor un ínfimo pinchazo que me venía cada rato.
Decidí conectarme y chatear un poco, así que entré en mi cuenta, revisé mis contactos en conexión y descubrí que ahí se encontraba el nombre de mi amiga Abie, pero se desconectó justo cuando me dispuse a saludarla. Habría ido a comer, pensé.
Tras hablar con unos cuantos amigos, me di cuenta que Abie me había etiquetado en una foto antes de irse.
En esta salía una pequeña niña en blanco y negro, aun que se vislumbraban bien el color dorado de su pelo, sus dientes pequeños y sus grandes ojos que hacían un gracioso contraste entre sí. En un comentario al pie de la foto se decía que era Abie la protagonista de esta y que la había encontrado en un álbum perdido en su casa.
Esa foto me era muy conocida. Yo tenía la misma foto en uno de los antiguos álbumes de mi familia.
Acabé por encontrarla y la guardé con la terrible sospecha de que los padres de mi amiga la habían mentido, que a lo mejor ella era adoptada, así cuando llegaron mis padres fui corriendo hacia a ellos y pregunté:
  - ¿Por qué Abie tiene una foto mía en su casa y dice que es suya? ¿Es adoptada?
Estos se quedaron mudos de asombro al verme con la foto en la mano y observándoles con una mirada inquisidora y en busca de respuestas. Tan solo dijeron:
  - Dakota, hemos de hablarte de algo...

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